Abuelas bien, Las by Loaeza Guadalupe

autor:Loaeza Guadalupe
La lengua: spa
Format: epub
ISBN: 978
editor: Editorial Océano

Tu abuela GL

La abuela y el fut...

29 de junio de 2010

Queridos nietos:

El domingo por la tarde, después del juego fallido entre Argentina y México, me preguntaron desconsolados: “¿Por qué perdimos?”. En esos momentos no supe qué contestarles. Sentí vergüenza. De pronto se me vino encima toda la historia de mi país. Era como si una manada de dinosaurios, como los que les gustan, vinieran hacia mí en estampida. Me transporté desde la Conquista hasta la pérdida de la mitad de nuestro territorio. Vi a Moctezuma ofreciendo oro a Cortés, vi la bandera de Estados Unidos ondeando en el Palacio Nacional, vi a Maximiliano en el Castillo de Chapultepec, vi a Porfirio Díaz negociando nuestro petróleo con compañías extranjeras, vi a miles de migrantes intentando escalar el muro que separa la frontera entre México y Estados Unidos, vi una hilera de bancos mexicanos con nombres globalizados, y por último vi a Javier Aguirre gritando en un megáfono desde España: “México está jodido”. No podemos soñar con ser campeones del mundo. Lo más lejos que llegaremos es un lugar entre el décimo y el decimoquinto. ¿Se dan cuenta, queridos nietos, de que el mismo entrenador que gana como 4 millones de dólares por entrenar al Tri, calificó a su propio equipo como mediocre? ¿Cuánto resentimiento le han de haber guardado muchos de ellos cuando se enteraron de estas declaraciones? No me imagino al entrenador del equipo alemán diciendo que sus muchachos son una bola de perdedores. Bueno, ni Maradona, que es tan bocón, se atrevería a decir algo semejante.

“¿Por qué perdimos?”, repetí despacito, cuando me preguntaron, como dándome tiempo para hallar una respuesta congruente que satisficiera a un niño de siete años. Ay, queridos nietos, perdimos porque nunca hemos estado bien preparados. Hubo tantas razones que nos hicieron perder, que no sé por cuál comenzar. Imagínense, que el equipo mexicano es uno de los de más baja estatura; mientras que los jugadores alemanes pueden llegar a medir hasta dos metros, los del Tri, en promedio son chaparritos. Creo que también falló el espíritu de equipo, es decir, juego de conjunto, entre los once jugadores no hubo comunicación. Te he de decir que en México, por lo general, no sabemos trabajar en equipo, se nos dificulta mucho ponernos de acuerdo. Se nos dificulta jalar parejo. Claro que el director técnico tuvo mucho que ver en esta derrota. Incluso, él lo reconoce. Dijo que en vez de haber entrenado trece meses sin parar como dice haberlo hecho para Sudáfrica, debió haber trabajado cuarenta y ocho. ¿Cómo es posible que ahora admita esto, a sabiendas que ya eran cuatro veces que le sucedía lo mismo? El Tri no alcanza a pasar de octavos de final.

Saben también, queridos nietos, lo que hizo que perdiéramos fue la falta de concentración. Ustedes que acaban de pasar de año con muy buenas calificaciones, jamás lo hubieran logrado si en clase y al hacer la tarea y los exámenes no se concentraran debidamente. Concentrarse significa pensar y dedicarse a una sola cosa, con un solo objetivo, sin distraerse.

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